No es la hierba de los años
la que me crece en el vientre,
es el bálago enraizado
de la palabra que muerde.No es el tiempo o el silencio
de las horas que me hieden,
son las tardes de mi alma
que pecaron de inocentes.
la que me crece en el vientre,
es el bálago enraizado
de la palabra que muerde.No es el tiempo o el silencio
de las horas que me hieden,
son las tardes de mi alma
que pecaron de inocentes.
No es el hambre de los campos
que ni escuchan, ni florecen,
es la guadaña del miedo
que me alcanza y que me vende.
No es la guerra que a la guerra
mata con su puño fuerte,
es el odio y la venganza
escupiendo tantos puentes.
No es el árbol de la vida
que rebosa de simientes,
es la oscuridad del hombre
con la cara de la muerte.