Puedo querer como quieren las aves que derrotan al viento entre sus alas. Puedo iniciar la mar para tus labios y apaciguar mareas en tu espalda. Reconocer mis ganas de abrazarte al sentir el dolor de tu mirada, arrancarte la muerte de las manos y ocultarla de ti cada mañana. Puedo llorarle aSigue leyendo «Susurrando tequieros sin palabras»