Vuelvo a ser la pesadumbre de una última caricia sin ti. Vuelvo a escupirle al cielo, a llorarle al mar por ti. Me entrego tanto que no me queda más alma que la que pierdo al nombrarte, y me descubro al tiempo de las letras más torcidas de tu silencio. No podría conSigue leyendo «De lo innumerable.»